Ayer,
16 de octubre, salió para Brasil el sacerdote vallisoletano Santiago Milán
Macías, natural de Torrecilla de la Abadesa , tiene 72 años y
es la tercera vez que va a servir a la iglesia de Brasil. Estuvo primeramente
25 años, volvió a la diócesis y acompañó a los padres en los últimos años de su
vida y volvió a Brasil por un periodo de otros 5 años.
Actualmente
estaba en la parroquia de San Cristóbal de Boecillo. El domingo pasado se
despidió de sus feligreses, dejó la parroquia en manos de un sacerdote joven,
ordenado el pasado septiembre, y se ha marchado “hasta que le respondan las
fuerzas”, nos decía, a Juazeiro, en el estado de Bahía.
Su
tarea allí va a estar centrada, con otos compañeros del IEME, en la apertura de
una nueva parroquia en una zona de suburbio, que ha crecido con nuevos
asentamientos.
En
estos días inmediatos al DOMUND, su salida a la misión, nos ayuda a entender un
poco más el sentido de esta jornada. Cuando hablamos de los misioneros no nos
estamos refiriendo a personas de otra galaxia. Son, como Santiago, y como tantos otros que conocemos, personas
normales que trabajan por el evangelio y que, en un momento determinado,
sienten que Dios les llama a realizar su tarea en otro rincón de la tierra.
Sin
lugar a duda, para los cristianos de Boecillo y para otros muchos que conocemos
a Santiago, este DOMUND va a tener un rostro y un lugar concreto cuando oigan
hablar de misiones y misioneros.