OMPRESS-KENIA (26-06-20) El fondo creado por el Papa Francisco a
través de las Obras Misionales Pontificias para auxiliar a los territorios de
misión en todo el mundo ha atendido la petición de ayuda de la diócesis de
Lodwar, en Kenia, verdadera missio ad gentes. Se encuentra en una zona
desértica del norte del país, entre Uganda y el lago Turkana, en el valle del
Rift. Con fronteras entre Etiopía, Sudán del Sur y Uganda, hay nada menos que
200.000 refugiados en dos inmensos campos, náufragos de desastres y violencias
de los muchos países que las sufren en esta zona del mundo. Las ayudas enviadas
están destinadas a retomar los programas diocesanos asistenciales que resultan
absolutamente vitales para muchas de las personas que viven en Lodwar.
Con temperaturas desérticas, que oscilan entre los 29 y los 41
grados, con lluvias impredecibles y casi inexistentes, y con políticas que han
marginado la región, hay sequía, hambre y pérdida de vidas. Infraestructuras
pobres, escasez de oportunidades y falta de servicios básicos hacen que los
ingresos del 92% de la población sean de un menos de un dólar al día. Aunque en
Kenia el índice de pobreza es alto, con un 45,2%, el de la zona del lago
Turkana lo dobla, con un 87,5%. Esta diócesis misionera, que cada año desde
1970 cuando se creara como prefectura apostólica, ha recibido fondos del DOMUND
y de Infancia Misionera, se ha convertido en una impulsora del desarrollo con técnicas
de cultivo para afrontar la inseguridad alimentaria, con el acceso a agua
potable, con una mejor educación, y mejores servicios sanitarios y afrontando
la coexistencia pacífica entre comunidades casi siempre en conflicto.
Aún así, con los flujos de refugiados que se han repetido de
manera cíclica, gran parte de los habitantes de la diócesis viven de la ayuda
humanitaria. La zona de Turkana ha tenido que vérselas con inundaciones – en un
lugar donde casi nunca llueve –, con una epidemia de cólera, una invasión de
langostas y hasta un terremoto, y todo esto sólo en el año 2020. Por otro lado,
como ha ocurrido en las zonas de África más apartadas, el confinamiento y la
cuarentena de las grandes ciudades y centros de población, ha hecho que no
lleguen alimentos y recursos. La pandemia del coronavirus no ha hecho más que
empeorar esta situación. La ayuda del Fondo de Emergencia irá a comprar lo más
básico: arroz, judías, maíz, harina, aceite…
El Fondo de Emergencia Extraordinario Covid-19 ha
sido creado por el Papa Francisco, con motivo de la pandemia, por medio de las
Obras Misionales Pontificias (OMP). Su objeto es sostener la labor que la
Iglesia misionera realiza en esta crisis mundial. Esta ayuda ya está llegando a
las comunidades afectadas en los países de misión a través de las estructuras e
instituciones de la Iglesia. Este Fondo es internacional, y cuenta con la
capilaridad de Obras Misionales Pontificias, que llega a los territorios de Misión,
y sostiene el trabajo de los misioneros y de cada una de las parroquias en
estas zonas.